Una iglesia sobria, una iglesia victoriosa. 1 Pedro 5:8-9 Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Estamos en las últimas exhortaciones de esta carta. Pedro está concluyendo todo lo expuesto, pero con énfasis claros, para los pastores, para los jóvenes a sujetarse a sus mayores, pienso que una de las razones de este énfasis también tiene que  ver con que los jóvenes han de ser quienes seguirán con el testimonio del evangelio, el cual costó la vida a sus padres, por tanto deben someterse a ellos, honrarlos, siendo humildes. Mismo llamado también para todos en la iglesia, pues la iglesia en su trato mutuo debe funcionar en la humildad con la cual Cristo nos rescato. Las ansiedades deben ser todas puestas en Dios, el es todo poderoso, no nosotros, la muestra de humildad y el corazón humilde es aquel que a pesar de las distintas circunstancias de la vida, se postra a Dios y descansa sabiendo que él es insuficiente, es inconstante, débil, y necesitado, pero Dios, quien resiste a los soberbios, lleva las cargas de sus hijos, además da gracia y tiene cuidado de los humildes. Ahora Pedro nuevamente hace un llamado a la sobriedad, palabra que ya ha hemos visto en esta carta (y que está al lado del mandato de velad o estar alerta), con un fin específico. No es antojadizo este llamado de Pedro a la sobriedad, tampoco es un relleno en la carta, es algo que debemos considerar de manera imperativa en momentos duros, sabiendo que el fin de todas las cosas se acerca y sabiendo que Satanás desea nuestra destrucción. Dividiremos esta exhortación en tres puntos, para luego mirar la gloriosa verdad que la escritura nos presenta dándonos una esperanza inamovible y real.

  1. Sed sobrios y estar alerta.
¿Por qué nuevamente este llamado? No es porque sí, la palabra de Dios es TODA inspirada, y este llamado se encuentra aquí con un fin específico, sumándose a los otros dos llamados que se han hecho a la sobriedad en la carta. Recordemos que estos hermanos pronto, muy pronto, en su mayoría, morirían, y además estaban ya con luchas y ataques debido a Cristo, persecución constante en sus ideas, siendo discriminados, vituperados, hostigados y pronto morirían, es muy bueno por lo tanto oír la exhortación “sed sobrios y velad”. ¿Qué es la sobriedad?, La podemos definir como el acto mismo de no perder el juicio, de no emborracharse, no estar cegado, es decir con los sentidos anulados. Estad sobrio es vivir una vida con suma claridad de los pensamientos, así como estar consciente de los actos. Quiero que notemos que esto se hace con  la plena responsabilidad del creyente, “Ustedes, que son hijos de Dios, vivan como Dios quiere,” necesitamos amados hermanos insistir en vivir así, auto controlándolos, eso no tiene nada de anti bíblico, antidoctrinal. Es cierto que  Dios te salva solo a través de los méritos de Jesús, pero también es cierto que debemos, todo creyente,  guardar nuestra vida de autodominio. Recordemos que lo contrario de vivir en sobriedad, es vivir intoxicado, o emborrachado. Esto es no tener la razón y los sentidos en orden, es perder toda vergüenza, es entregarse a la vida dejando la seguridad que nos da el Señor a través de su palabra y viviendo en la inestabilidad de nuestros deseos, de nuestro corazón. Debemos dejar y tener cuidado de llenarnos de influencias  externas que nos alejen de lo que debemos hacer, dejar las noches y  noches de facebook, el adulterio de corazón, etc… esto nos emborrachara y eliminara nuestra sobriedad, el pecado nos dominara. No nos preguntemos después el porqué de nuestros pecados, pues si no hay sobriedad espiritual reinara el pecado, es un absoluto de la palabra de Dios. Recordemos que Pedro escribe a hermanos a la luz del capítulo anterior: “el fin de todas las cosas se acerca, el juicio de Dios está ya preparado…” Esperemos al Señor con sobriedad…Pero además debemos estar “alerta” dice Pedro… Algunas versiones dicen sobrio y velad, es decir, debo estar mirando mi entorno, quienes me rodean quienes son mis amigos, con quien hago alianzas, donde están puestos mis pies, mis odios, que esta guardando mi corazón? Debemos estar alerta, si somos creyentes debemos vivir así, pero…¿Por qué tanta importancia en la sobriedad y en estar alerta?  La respuesta es “Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar” Satanás si está despierto buscando el cómo hacernos caer…
  1. El enemigo esta “sobrio y velando” ¡cuidado!
Una de las mentiras más terribles es la que se hace con la verdad. Esto pues nos hace siempre enfatizar la mentira que está en ella, antes que abrazar solo la verdad. Es por lo mismo que Satanás usa, desde el principio esto y lo ha seguido haciendo. Podemos ver como la guerra espiritual nos hace inmediatamente pensar en los falsos maestros, pensamos en sus ridiculeces, que son muchas, en sus trucos sacados de películas de ciencia ficción en  fin. Amados hermanos la guerra espiritual es real y hoy estas siendo atacado, lo fuiste ayer con distintos obstáculos que no te dejaban tranquilo, te atacaron hoy cuando querías venir al culto, pero tu cansancio o tal vez alguna discusión empaño las cosas y sabes amado hermano seguirás siendo atacado, pues estas en una guerra.  No debemos ir al extremo de ignorar esta realidad, por desechar lo que los falsos maestros han presentado, la escritura habla de esta guerra y aquí Pedro nos hace estar despiertos respecto a esta guerra. En las películas o en el mundo muchos tienen problemas con la mafia o con bandas delictuales o quizás algunos temen de la policía quienes vendrán a buscarlos, y ellos tienen un plan de escape, están despiertos esperando ese momento, pues bueno nosotros somos los buscados de Satanás, los odiados de Satanás y hoy somos las presas que Satanás mas anhelada. El está buscando una forma para hacernos caer y despedazarnos. Satanás no está dormido, no está borracho, no está inactivo, él si sabe cuál es su tarea y es experto en hacerla. No estará feliz hasta hacerte caer, hasta hacer que te alejas del Señor y de su iglesia, pero también te engañara dejándote en la iglesia para que hipócritamente vivías una fe vacía. Es cierto que nosotros pecamos, tenemos problemas de carácter, en fin…No podemos culpar de todo a Satanás, esto es cierto, sin embargo no debemos olvidar que Satanás está tratando siempre de hacernos caer, buscando división en la iglesia. El texto nos enseña tres cosas quiero que consideremos sobre nuestro enemigo que debemos atender:
  1. Es el acusador, un adversario activo. 3:1–5, Job 1:6 y Apo 12:10. Miren lo que dice Simon Kistemaker:
Satanás no solamente controla todo el mundo (1 Jn. 5:19), sino que es también un calumniador que transforma la verdad en mentira. El difama a Dios y al hombre, encona a una persona contra otra, y socava la fe del creyente en Dios.
  1. Es como un león rugiente: Satanás no debe ser temido por los creyentes. No es el fin de este texto, más bien el texto nos muestra una verdad; Sí, hay guerra espiritual, sean sobrios, velen, dejen las cosas de niños, entendiendo que Satanás existe. Esta sediento de la sangre de los santos, sediento de muerte, de toda división en la iglesia, de cristianos fracasados y solitarios, vean el cristianismo como una carga.
  2. El trabajo de Satanás es destruir. Somos los enemigos de Satanás. Es decir, el busca cada momento, cada oportunidad, cada segundo, para hacernos caer, pero no es un agresor como el mundo, sino que Satanás quiere hacerte pedazos.
Hermanos amados Satanás desea destruirnos, el nos odia con todo su corazón, su mente, nos aborrece.  El está en el mundo haciendo su obra en los hijos de Dios…. Miren que dijo Lutero: Toda tristeza es del diablo, porque él es el señor de la muerte. Por lo tanto la tristeza en relación a Dios ciertamente es obra del diablo (Plass, ibíd., p. 398).  El Reformador constantemente llama al diablo el espíritu de la tristeza; Satanás odia la luz, la vida, la risa; porque él es el espíritu de la oscuridad y la desesperación, y a él le gusta arrastrar al hombre a la oscuridad y la desesperación, representando el caso del pecador como sin esperanza (comentario sobre Lutero, Plass, ibíd., pp. 397-398). ¿Les ha pasado esto? No es porque si, por un mal día, por el mal clima…Satanás está detrás de las desmotivaciones, de las divisiones y peleas, él se goza en vernos destruidos, esa es su obra, es real, no un invento…Se sobrio, ponte atento, pues todo lo que ocurre no es al azar… En persecución la meta de Satanás es hacernos dejar la fe, pero en tiempos como los nuestros con mayor “libertad” Satanás nos angustia, nos deja sin esperanza, y así nos lleva a un mundo de abundancia, pero sin esperanza en nuestras vidas… para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus ardides. 2 Corintios 2:11 en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno. Efesios 6:16
  • La forma de vencer es resistir.
Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Tenemos que ser sobrios, estar atentos, no ignorar a Satanás quien está listo para destruirnos, pero también tenemos una forma clara por la cual podremos vencer las tentaciones y los ataques del maligno. ¿Cómo sobreponernos  a los ataques del maligno y vencer? El texto da una solución para esta guerra espiritual la cual es estar sobrios y alertas, pero también hay una solución más y directa……esta solución es: “estad firmes, no en sí mismo, sino que en la fe”. No hay amados hermanos un llamado a reprender a Satanás, a atarlo, a luchar contra él, sino que estamos llamados a resistir todo ataque de Satanás “estando firmes en la fe”. ¿Qué es estad firmes en la fe? Estar firme es creer solo en Dios y vivir humillado día a día ante Dios, es depender siempre del Señor, no de mi mismo.  Estar firmes en la fe es tomar la palabra de Dios y vivir conforme a ella encontrando paz y seguridad en sus promesas. La firmeza en la fe también debe manifestarse cuando conocemos las promesas de Dios, esas promesas que al mundo le parecen locura, pero que para nosotros es poder de Dios. Mantenerse firme en la fe es confiar, sin importar nada más que mirar al Señor y descansar en él “echando nuestra ansiedad sobre El”. Dios es nuestra firmeza, el es la roca en medio de las turbulentas aguas de este mundo, es nuestro castillo fuerte, nuestra fortaleza, es nuestro libertador, y aunque el mundo fuera removido no debemos temer. Salmos 23:4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. Salmos 27:3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado. Hebreos 13:6 de manera que decimos confiadamente: EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERE. ¿QUE PODRA HACERME EL HOMBRE? Salmos 27:1 El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? En la cruz del calvario el Señor venció a este falso león, que además no tiene dientes para los que están escondidos en las manos del Señor. Recordemos estas promesas y descansemos en el señor, así huirá de nosotros nuestro enemigo. Todo esto es hermoso amados hermanos, sin embargo esto es  solo a través de la fe en las promesas del Señor. Hermanos amados por tanto resistir al diablo es algo que no necesita de nuestro cansancio físico, sino que necesita de nuestra fe sincera a nuestro amado y todopoderoso Señor. Esta fe en el Dios, en su palabra, se distingue, como decía, en guardar sus mandatos, en vivir conforme a su palabra, sirviendo al Señor, y reconociendo que no hay seguridad fuera de la casa de nuestro santo Padre. Es por lo mismo que Santiago lo dice así: Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. Santiago 4:7 Existe una estrecha relación en el sometimiento a Dios y la victoria de que Dios asegura para quienes son sumisos ante él. Mientras más nos sometemos a Dios, mas podremos Disfrutar de las bendiciones de Dios. Así se vencen los pecados, la tentación, huirá de nosotros Satanás. Debemos venir al Señor para que aumente nuestra fe en él, si hemos gustado del don celestial debemos amar la palabra de Dios como un tesoro único, conocerla, estudiarla e interiorizarla, pero además debemos tener fe que Dios usara esa palabra conforme a su carácter. Sin embargo somos necios amados hermanos, dejamos la palabra de Dios de distintas maneras y la vemos solo como una referencia a considerar, otros como un yugo terrible y muy penoso. Si de verdad hemos gustado del don celestial debemos amar la palabra de Dios, debemos encontrar allí nuestra delicia y además debemos vivir con la conciencia de que es una tremenda bendición estar cimentados en este maravilloso lugar. Si miramos a nuestro Señor Jesucristo veremos como fueron las palabras de Dios, y la dependencia que él tenía en el Señor a través de ellas lo que le llevo a salir victorioso de la tentación directa de Satanás. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le respondió: Escrito está: “No solo de pan vivira el hombre.” Llevándole a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo. Y el diablo le dijo: Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy. Por tanto, si te postras delante de mí, todo será tuyo. Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y a El solo servirás.” Entonces el diablo le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo desde aquí, 10 pues escrito está: “A sus ángeles te encomendara para que te guarden”, 11 y: en las manos te llevaran, no sea que tu pie tropiece en piedra.” 12 Respondiendo Jesús, le dijo: Se ha dicho: “No tentaras al Señor tu Dios.” 13 Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de El esperando un tiempo oportuno. Nuestro Señor Jesucristo conocía la palabra de Dios, confiaba en la palabra de Dios, y confiaba en el Dios de esas palabras. No hay antídoto más efectivo para las asechanzas del enemigo que el evangelio en el cual el amor de Dios se manifestó al entregar a su único hijo para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.  Todas estas promesas ya leídas brotan de forma abundante de una promesa principal; El glorioso evangelio de Jesucristo. Todos quienes éramos enemigos de Dios, demandados por nuestro padre el diablo, ahora, y solo gracias al sacrificio de nuestro amado Señor, muriendo en nuestro merecido lugar, es que hoy somos los amados de Dios, ya no es mas Satanás nuestro padre, es el mismo Dios nuestro padre, amados por lo tanto Satanás no tiene nada que hacer con nosotros, no tiene poder, no tiene argumento, no tiene opción siquiera de pararse al lado de nuestro amado Padre Dios, pues escondidos estamos bajo sus alas de amor y en el hueco de su mano. ¿Quieres vencer y resistir? ¡Cree en Cristo Jesús! Seas creyente o no, cree en Cristo, humíllate ante él, descansa solo en Él, y él te dará victoria, Satanás huirá y así tendrás vida en Él.
  1. Nuestra esperanza en el pueblo de Dios por Cristo.
Sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos[g] en todo el mundo. Este verso pareciera que está mal ubicado en esta porción, sin embargo analicémoslo.  Debemos estar sobrios y atentos, pues Satanás tiene un propósito definido y está buscando el momento para hacernos caer. La iglesia es el cuerpo de Dios, el cual está firme solo gracias  a su Señor. Es en él en quien estamos cimentados, es en él en quien estamos guardados y seguros. Vemos como estaban sufriendo estos hermanos a los largo de toda la carta, en cada capitulo Pedro ha hablado del sufrimiento que el cristiano atraviesa, debido al Señor, el cristiano es discriminado, es objeto de burlas, es hostigado, mujeres ridiculizadas por sus esposos, empleadores abusadores, un gobierno que presiona constantemente, sin embargo hemos visto que el sufrimiento no escapa de las manos de Dios, las pruebas son parte del plan de Dios, además a través de esto el Señor nos purifica, quita nuestros estorbos y nos conforma a la imagen de Cristo, además es a través del sufrimiento de las pruebas que la iglesia es limpiada y guardada pura. Pero estos sufrimientos son parte de la iglesia que es santa, amados toda dificultad, es una marca común en toda iglesia bíblica, ya sea la espada o el ninguneo del mundo, la iglesia debe ser perseguida, pero también la iglesia que ama a su Señor es odiada por Satanás, es él quien hace guerra en contra de la iglesia, es el quién articula tentaciones, así como persecuciones en muerte, pues Satanás desea que desaparezca de la tierra la iglesia. Miren las muertes que hoy hay (organización puertas abiertas) se dice que desde el año 2014 al 2015 existieron 7.000 cristianos asesinados. Hombre, mujeres y niños torturados decapitados, muertos. Esta es la obra de Satanás, es quien ha articulado esta maquinaria de matanzas, y nuestros hermanos del Asía menor estaban atravesando por esta realidad, la cual sería peor en meses más adelante. Nuestros hermanos alrededor del mundo sufren, están muriendo, por tanto existe un llamado claro a honrar al Señor, pero también a cada uno de estos hermanos que nos dan ejemplo de vida cristiana alrededor del mundo. ¿Desperdiciaremos esta exhortación de la palabra del Señor? ¿Honraremos al Señor y a nuestros hermanos al estar sobrios y alertas para la guerra que es real? O… ¿seguiremos en el confort que se nos ha permitido vivir en occidente, pero que además lo vivimos evitando el sufrimiento por la causa de Cristo? Cuando el mundo nos ama, es  muy probable que Dios no nos ame, y si el mundo tolera a la iglesia es muy probable que esa no sea la iglesia de Cristo. Este llamado tiene el fin de examinarnos, preguntarnos ¿cómo es nuestro servicio, es santo agradable a Dios? Satanás no descansara hasta que la iglesia sea eliminada de todo lugar, sin embargo Satanás no podrá hacer esto. La iglesia siempre estará en pie, en medio del mundo, sea en la forma que sea, la iglesia vencerá, pues Dios es victorioso. Somos parte amados hermanos de un legado que ha de mantearse fiel gracias a Cristo, somos parte del pueblo de Dios el cual tiene un fin claro en medio del mundo; Glorificar a Dios viviendo de acuerdo a  sus mandatos para que muchos sean salvados y tengan vida eterna. Amados hermanos el Señor sabe de nuestras luchas, sabe de nuestros dolores, pero recordemos sus promesas, de las cuales se aferraron otros hermanos y  se siguen aferrando nuestros hermanos en medio oriente, El impío trama contra el justo, y contra él rechina sus dientes. El Señor se ríe de él,  porque ve que su día se acerca. Salmos 37:12-13 Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies. Romanos 16:20 Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre…y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Apocalipsis 20:10 Este es el fin de Satanás y de todas sus obras, de todos quienes aun lo tienen por padre, de todos quienes han rechazado el regalo de la salvación. Pero amados hermanos así como hoy atravesamos por estos dolores, enfrentamos la tentación y los ataques de Satanás, recordemos que en Cristo nuestro amado salvador tenemos victoria segura y compartiremos junto a los santos de todos los tiempos, de toda lengua y nación, ya no más dolor, ya no mas lagrimas, sino que dicha y gozo al estar adorando a Dios en su presencia por siempre. Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. Apocalipsis 15