El cristiano y su rol en el matrimonio.

1 Pedro 3:1-7 LBLA

En el sermón anterior pudimos ver que Pedro ha iniciado con un tema que hoy en día es odiado, hablamos de la sumisión. Desarrollando la respuesta ante la pregunta ¿Cómo debe vivir el Cristiano? Pedro ha dicho que este debe vivir anunciando las virtudes de aquel que nos llamo de las tinieblas a su luz admirable, pero ¿cómo se hace esto? y esto se hace luchando primeramente en contra de nuestros deseos carnales que batallan contra el alma, luego manteniendo una conducta irreprochable con los incrédulos y sometiéndonos a toda autoridad, desde el gobierno y también autoridades laborales y hacer todo lo posible para que a ellos les vaya bien. Vimos que la sumisión no es mala, sino que es algo bueno que existía previo al pecado, el orden en cuanto a esto es bueno para la sociedad. Esto debe ser hecho de manera voluntaria, entendiendo que las autoridades han sido puestas por Dios mismo, por tanto nuestro sometimiento debe ser en todo lo que no vaya en contra de la palabra de nuestro Dios.

Vimos que Cristo vivió en sometimiento hacia su padre y esto lo demostraba sometiéndose ante las autoridades humanas, cumpliendo así con la voluntad del Padre y dejándonos un camino marcado por el cual podemos y debemos andar, en el cual encontramos perdón  ante nuestras insumisiones y rebeldía, pero también encontramos guía y fuerzas para honrar al Señor aquí en este mundo del cual somos peregrinos y extranjeros.

Hoy veremos como Pedro sigue desarrollando esta respuesta pero en el contexto matrimonial, en un lugar más privado y en muchos casos difícil con un énfasis mayor en la mujer, así como dando palabras precisas al rol del hombre, la cabeza de la mujer, quien ha de someterse a él.

Contexto de mujeres en ese entonces.

La mujer desde siempre y en casi todas las culturas ha sido vista como alguien de menor dignidad. Siempre ella estaba en posición menor al varón. Platón en el 400-300 aprox antes de Cristo decía “Además, el hombre cobarde e injusto, reencarna siempre como mujer”. Es decir era un castigo el hecho de ser mujer. Y en Roma no era la excepción. Las mujeres eran consideras aquí un objeto, así como tener dos caballos, tres cerdos, dos carruajes, terrenos, una mujer, esclavos, herramientas de trabajo, etc.  Eran mercadería, propiedad, juguete o cualquier otra cosa que podría dejar siempre un beneficio para el uso y abuso por parte del varón.  Legalmente eran descritas como “imbecilitas sexus” termino latino de donde se deriva nuestra palabra imbécil.

Pero ni siquiera los judíos, pueblo de Dios, se salvaban de este trato injusto, pues a pesar de ser el pueblo escogido mal interpretaban las escrituras y así humillaban a  las mujeres a tal punto de decir cosas terribles respecto a la mujer (Talmud Babilónico):

"Se obliga decir la oración siguiente cada día a todo judío: Gracias Dios por no haberme hecho un gentil, una mujer o un esclavo". (Talmud, Menahoth 43 b y 44 a)

“No es bueno hablar mucho con una mujer, ni siquiera con tu propia esposa”. –Abót 1.5, p. 4

“Está prohibido enseñarle la Toráh a una mujer”. –Kidushín 29b, p. 141.

“Está permitido divorciarse de su esposa si ella quema la comida, o si uno ve a una muchacha más bonita”. (Yeshúa se opuso a esto en Mateo 19:3.) –Guitín 91ª, p. 436-437.

“Uno se puede divorciar de una mujer si ella descubre su cabeza en público, si expone sus brazos en público, o si habla en voz alta de asuntos sexuales”. –Ketubót 72ª, p. 448-449, 452-453.

La Biblia históricamente ha sido el único anuncio donde la mujer ha sido tratada con dignidad, honra y justicia, no existe otro libro así.  En al Antiguo Testamento la mujer era protegida, tenia derechos, responsabilidades y privilegios, luego vemos  gracias al evangelio que la mujer hoy puede disfrutar de muchas cosas que antes ni siquiera eran pensadas, pues el evangelio pone a la mujer en la verdadera posición ante Dios, es un ser creado a su imagen y semejanza, es digna de honor y respeto así como el hombre, por ejemplo la mujer puede participar de votaciones, puede hacer negocios, puede disfrutar de un paseo, de una película, puede estudiar, puede trabajar, puede opinar y además puede pensar por sí misma, es escuchada por ejemplo en los tribunales.  Miremos a los países de oriente, en los cuales el evangelio no fue predominante, la mujer vive aun de manera verdaderamente contraria a lo que Dios ha dejado en su palabra. Es como si estos lugares hubieran quedado en el pasado. Por ejemplo en  países como Afganistán, país musulmán, la mujer debe vestir totalmente cubierta (burka. Si muestras tus tobillos eres azotada en público), no puede hablar con hombres, no puede estudiar, no puede trabajar, no pueden reír en voz alta, no pueden reunirse a celebrar (como baby shower), no pueden asomarse por ventanas, no pueden viajar con hombres, no pueden usar cosméticos, practicar deportes, no pueden usar baños públicos…Hay muchas más.

En la India existe otro ejemplo, la mujer es considerada un ser de segunda clase. Se pagan sobornos para saber que sexo tiene el bebé, pues está prohibido comunicarlo, de ser mujer se realizan abortos por ese simple hecho, por ser mujer y si llegan a nacer estas pequeñas mujeres son inmediatamente quemadas en su mismo día de nacimiento. Incluso si el esposo muere, la mujer debe ser quemada viva junto al cuerpo de su esposo, esto demuestra que la mujer no tiene importancia real. Fue el misionero bautista William Carey en el siglo 18 quien lo abolido, él luchó por más de 20 años para que esto se aboliera (satí), pero hoy tristemente aun se practica en algunos lugares de la India.

Estos pueblos son una muestra  viva hoy, de cómo vivían las mujeres en los tiempos de nuestros hermanos del Asía Menor a quienes Pedro les escribe su carta, sin embargo sabemos que fue Dios quien inspiro a Pedro, por tanto su palabra es también totalmente vigente y relevante para nosotros.

A esto debemos sumar que a las mujeres que Pedro les escribe, en su mayoría, eran cristianas convertidas con esposos incrédulos. Matrimonios mixtos, de una creyente y de un incrédulo.

Tener otro Dios, diferente al del imperio, al de tu esposo,  era un acto comparado al adulterio. Esto generaría la rabia, el odio del esposo, además de generar vergüenza y desprecio, burla, por parte de la sociedad un trato espeso y acido.

Es allí donde el Señor, a través de Pedro, manda a estas hermanas a someterse a sus esposos, pero también a los esposos creyentes  tratar de una forma especial a sus mujeres. Es aquí, en la oscuridad, donde la luz de Cristo va a brillar con mas fuerzas.

Definición de sometimiento.

Recordemos que se puede definir sometimiento como el acto de ponerse por debajo de otro que está en una posición diferente a la mía y tomarlo como mi autoridad y así obedecer.

Pedro les ha hablado a los hermanos a someterse a sus gobernantes, luego a sus empleadores (dueños) y ahora pasa a hablar a las mujeres diciéndoles que deben así someterse a sus maridos.

Si queremos ver cómo está la espiritualidad de la iglesia, como está la piedad, o incluso la santidad para con el Señor de la iglesia, no debemos mirar la vestimenta, no debemos mirar nuestro hablar, no debemos mirar nuestro nivel de palabras de conocimiento, no debemos mirar el domingo y ver ese día la sujeción de los hijos, de la esposa y el trato del padre a su familia, debemos ver las familias, como estas andan, como estas se relacionan, como el padre está liderando, como la madre se está sujetando a su esposo y como los niños están honrando a sus padres. Si esto no es así, allí en el epicentro familiar, no podremos esperar que la iglesia sea una luz en medio de las tinieblas. Como este la familia va a estar la iglesia y como esta la iglesia va a estar la sociedad (Joel Beeke). Por lo tanto es de importancia total este asunto, el sometimiento de la mujer al esposo, el trato de los esposos a sus mujeres y como esto ha de generar hijos que vivan de manera consecuente con principios bíblicos, quizás no creyentes, pero si serán hijos que lleven la semilla del evangelio y algún día, de Dios así quererlo, serán también salvados y predicadores del Evangelio. Si esto se destruye, todo lo demás se destruye. La sociedad será destruida si las familias no viven conforme a lo que la Palabra dice.

Mira la importancia neurálgica que tienes en tus manos como mujer al someterte a tu esposo,  este sometimiento es de importancia prioritaria, en lo relativo a la familia, para la vida de la iglesia. Por tanto hermana, antes de mirar el texto y de que comiencen a aflorar anticuerpos en relación a este tema, y si has confesado a Cristo como Señor y Salvador, con fe en él y si él te ha salvado toma estas palabras, pues son para ti, toma estas palabras de Dios para que vivas conforme a su voluntad. Debes someterte a tu esposo es tu responsabilidad, esto para la mujer casada, como novia no debes someterte a tu novio, es un mandato para las esposas como soltera someterte a tu padre, no a tu novio, sin embargo mira aquí como debes someterte cuando seas esposa del hombre que Dios ponga en tu vida. Y usted novio, no hagas que tu novia se someta a ti, ella no es tuya, es de su padre, es del Señor. Hermanas con esta responsabilidad  puedes o edificar un hogar glorioso impartiendo la cultura de Cristo en el mundo, pero a través de tu esposo o tienes la opción de derribar tu hogar con tus propias manos también. Estas en una de estas dos realidades hoy, no hay un punto neutro. O estas edificando o estas derribando tu hogar

La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba. Proverbios 14:1

Si quieres ser una mujer que edifica tu casa, por lo cual se te pedirá cuenta cuando estés ante la presencia del Señor, harás bien en tomar las palabras del Señor  a través  de Pedro y vivir conforme a sus mandatos hoy.

I.El rol de la esposa cristiana:

La sumisión bíblica, hoy en el ámbito matrimonial, no es muestra de que la Biblia aprueba la superioridad del hombre en dignidad, honra, inteligencia, en algunos casos fuerza …La Biblia parte de la base de que hombres y mujeres son iguales en dignidad, en honor, fueron creados por Dios de igual forma en estas cosas, etc…es más, la Biblia incluso está en contra del abuso de los hombres sobre las mujeres quienes abusan de su rol como varones, sin embargo la mujer en la Biblia tiene una posición especial y donde debe ser honrada por el hombre, un lugar no inferior sino que de privilegio.

En Génesis vemos que esto era así antes del pecado de Adán y Eva. Ambos fueron creados a imagen de Dios pero con roles claros, descartando así que la sumisión de la esposa y el liderazgo del hombre no fueron consecuencias del pecado, de la caída, sino que Dios lo había establecido así, lo cual es bueno y además para la sociedad es necesario. Ambos tenían diferentes tareas, pero no esto no mostraba superioridad ante Dios, sino que solo destacaba roles distintos.

No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:28

Pablo en este texto muestra que el hombre y la mujer espiritualmente son iguales, así como el judío, el griego, el esclavo y el libre, todos gracias a Cristo son hijos de Dios, el hombre y la mujer también lo son, es decir, son iguales en cuanto a espiritualidad. El hombre que hoy es tu esposo no es superior a ti en cuanto a esto. Pero esto no es argumento para decir que el hombre y la mujer son iguales en sus roles, en sus tareas y en sus responsabilidades. Cosa que la Biblia es clara en presentar en este capítulo de Pedro.

En la trinidad hay igualdad, pero diferencia de roles.

Vemos este patrón de igualdad en adoración, gloria, honra, atributos, pero diferencia de roles. El Padre no es el Hijo y el Hijo no es el Espíritu Santo, el Espíritu Santo no es el Padre y tampoco es el Hijo, sin embargo las tres personas son Dios e iguales en todo, esto no elimina el claro hecho de que las tres personas, es decir cada una tiene tareas distintas a las del otro, el  Espíritu Santo no envió al Hijo, el Padre no murió en la cruz y el Hijo no ungió al Espíritu Santo y tampoco inspiro las Escrituras, menos el Hijo aplica la obra de redención en los escogidos.

Los tres tienen su rol, esto genera una armonía perfecta que no puede entrar en nuestra cabeza. El pecado nos hace distorsionar todo y como no tenemos las respuestas comenzamos a generar distintos conflictos, pero esto  NO ocurre en la trinidad y donde ninguno es menor que el otro ni se generan así peleas y divisiones.

Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios. 1 Corintios 11:3

La mujer está en un lugar distinto al hombre, pero esto no la hace menor ante el Señor.

Pero mira la sociedad, la historia del mundo ha sido la misma el pastor quiere ser oveja, la oveja quiere ser pastor, el gordo quiere ser flaco, el flaco quiere ser gordo, el alto quiere ser bajo, el bajo alto, el crespo quiere ser liso y el liso quiere ser crespo, el negro blanco, el blanco negro, los niños quieren ser adulto y los adultos quieren ser niños, el varón quiere ser mujer y la mujer quiere ser varón. Nadie está contento con lo que tiene, con quien es, con lo que Dios le ha dado. Pero amados hermanos Dios ha dado al varón un lugar de liderazgo y ha dado a la mujer un lugar donde debes estar contenta con la posición que Dios te ha dado en cuanto a someterte a tu esposo, lugar de privilegio y desde donde se puede impactar tu iglesia y tu sociedad, debes estar feliz de someterte a tu hombre. ¿Cuál es la tarea de la mujer en ese lugar? Esta tarea es simple hermanas, no es tan complejo ni difícil de entender, no debes ser un gran teólogo para entenderla, esta tarea es la de ser ayuda para que el hombre cumpla con su deber. El hombre dirige y la mujer ayuda al hombre a dirigir, no al revés. Pero esto genera en la sociedad conflictos, envidias, celos, rabias, egoísmos e insumisión. Así los roles se dan vuelta y viene el desastre, las feministas odiando a un monstruo, se han convertido en ese monstruo para pelear al nivel de monstruos.

Los incrédulos aborrecen la palabra de Dios y este orden santo y bueno, pero no solo los incrédulos, sino que los mismo creyentes tristemente rechazan este orden, incluso quienes se dicen ser excelentes hombres reformados y conocedores de la palabra, las iglesias han tomado las escrituras y han generado una interpretación tal que ponen a la mujer en el mismo lugar que al hombre o  ponen al hombre por debajo incluso que a la mujer. Esto es consecuencia del pecado y de aun estar persiguiendo la falsa promesa de Satanás diciendo “seréis como Dios”. No te sometas, se deben someter a ti.

Esto ha traído desastrosas consecuencias. Pero no es de extrañarnos, pues vemos las palabras de Dios en Génesis luego del pecado de Adán y Eva en Génesis 3:16. Ella desearía ser el Señor de su esposo, pero en respuesta el esposo la someterá a la fuerza (aquí nace el feminismo, no en 1700 o en o en 1960).  Es lo que hoy vemos, pero como cristianos y al ver esto no debemos ir en contra de lo que Dios ha mandado, su voluntad. Aquí nace la división, con Satanás como padre de toda mentira y con los hombres sometiéndose a esta serpiente antigua.  Los roles incluso existían antes del pecado, ser un hombre de Dios dirigiendo a tu familia, sustentando a tu esposa estaba antes de la caída, someterte a tu esposo y ayudarlo en su tarea es previo al pecado, pero lamentablemente y en consecuencia de ese pecado toda mujer tienen una feminista en su corazón, así como todo hombre tiene un machista en su corazón.

Es bueno pensar en dos piezas de un solo rompecabezas, el es una pieza que debe estar de una forma y ella es la otra pieza, necesaria para completar la imagen de Cristo al mundo el matrimonio debe estar unido de una forma ordenada por el creador. Pero ella no puede ni quiere ser la segunda pieza del rompecabezas, sino que quiere ser la pieza primera, así como él forzara a la pieza rebelde  y la pondrá donde él quiere que vaya. Es así como la imagen del evangelio hacia el mundo se vera como un deforme y triste monstruo, dando una imagen pobre en cuanto a lo que Cristo hizo en la cruz por nosotros.

La mujer por tanto, en cuanto a desarrollar este rol de ayuda para que su esposo pueda dirigir y así ambos puedan funcionar, ella no está limitada en cuanto a otras actividades, usando sus capacidades, talentos e incluso en muchos casos son superiores al hombre en estas cosas, pero es que con esto es que ellas deben ayudar al hombre a dirigir la familia conforme a la palabra de la Santa Palabra. Ella puede trabajar y participar de distintas cosas, pude dar su opinión, puede desarrollar actividades de entretención, ir al gimnasio e incluso puede trabajar con el fin de ser premio Nobel en su área sin embargo esto lo debe hacer obedeciendo  su esposo y usando todo esto con los propósitos claros de ser puestos a los pies de su marido sometiéndose a él para que así pueda dirigir de mejor forma, cumpliendo  con el mandato del Señor. Esa es tu tarea querida hermana.

Ella debe obedecer a su esposo, ella debe servir a su esposo, ella es AYUDA para su esposo y si por algo Dios va a pedirte cuentas, si hay algo que la mujer debe tener fijo en su mente, si en algo ella debe desgastarse, si hay algo que ella deba hacer con todas sus fuerzas con lo cual va honrar al Señor, adoraR al Señor, glorificar al Señor, servir al Señor, a su familia, a su esposo y a la nación; esto es SOMETIENDOSE A SU ESPOSO SIENDO SU AYUDA Y VIVIENDO PARA ÉL.

Creo que como mujer te harás algunas preguntas, las cuales tratare de ir mencionando y reponiendo conforme la palabra menciona.

1. ¿Y si es incrédulo?

Debes someterte igual. Hermana esto no lo haces debido a la condición de tu esposo, debido al nivel intelectual, espiritual, social en fin…No hay nada que sea puesto como condicionante para que te sometas a tu esposo. Si Dios te está diciendo que te sometas, debes hacerlo y así servir al Señor.

Esto, dice Pedro en el capítulo 2:13 “Someteos, por causa del Señor, a toda institución humana”.

Pedro dice que esta sumisión, a pesar de cómo sea el hombre, es por causa del Señor. Es al Señor a quien estas sirviendo, es a tu Dios a quién estas honrando. Por tanto, al igual que con los gobernantes y con los empleadores, si tu esposo te pide algo contrario a la Palabra debes, por causa del Señor, desobedecer.

Es más si tu esposo está yendo en una dirección para ti no sabía, no aconsejable y has podido hablar con él, pues debes hacerlo y advertirlo, pero aun así él ha decidido tomar una decisión, debes someterte a él por causa del Señor. Tu responsabilidad es someterte a tu esposo, y la de tu esposo es la de dirigir, si tú no te sometes a Dios estas desobedeciendo, y si tu esposo se equivoca  y fue obstinado también está en peligro ante Dios.   Debes estar tranquila y gozosa pues has obedecido al Señor.

Cuando Eva tomo el fruto prohibido y dio a comer a su esposo,  trajo consecuencias a la humanidad entera la cual sufre hasta hoy, pero sin embargo vemos que Dios hizo responsable en primer lugar a quien dirige, esto es a Adán, el hombre:

Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:21-22

No esta Eva aquí, ella si tiene responsabilidad ante Dios, pero Dios pide primero cuentas al hombre y no a Eva, la mujer.

  1. ¿Existe alguna esperanza real en guardar sumisión cuando él ha sido duro e indiferente conmigo y siempre rechaza mis palabras al hablar de Cristo?

ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar vuestra conducta casta y respetuosa

El texto es glorioso y maravilloso. Es claro en responder a esto. Dice el Señor en su palabra que esta conducta de sometimiento, de vivir en sujeción, de obediencia, de buscar honrar a su esposo incluso siendo este incrédulo, impío, servirle y a pesar de que él sea incrédulo, esta conducta debe ser también una conducta casta y respetuosa, pues haciendo esto es posible que los pasos de los incrédulos sean guiados a ver el Evangelio. El lenguaje corporal de sus esposas, el lenguaje del sometimiento también predica el glorioso mensaje de nuestro Señor Jesucristo, poder de Dios para salvar. El Evangelio no es solo abrir la boca y así predicar, esto es importante y primordial, pero también debe ser vivido y así en anunciarlo. Por tanto es mejor cerrar la boca.

Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con mujer rencillosa. Proverbios 25:24

Hermanas no están aquí para controlar a sus esposos. No están aquí para decirles cuando avanzar, cuando retroceder, cuando doblar, cuando detenerse, cuando gastar, cuando invertir, cuando gritar, cuando callar. Hermanas claro que como ayudas idóneas deben, de forma casta y respetuosa, presentar  sus puntos de vista, sus molestias, sus diferencias de opiniones, pero esto no quita el hecho de que sus esposos son quienes toman las decisiones. No seas una gotera constante en la cabeza de tu esposo.  Si verdaderamente quieres ganar a tu esposo para el señor, o incluso si quieres que viva conforme a lo que profesa con su boca, pues tal vez no sea salvado, pero si impactaras a la vida de tu familia y los valores del Evangelio estarán en ese hogar incluso a tus hijos, pues serás sal que guarda de la corrupción a ese hogar, si de verdad quieres hacer eso entonces sométete a él, cierra tu boca, deja las críticas, deja las quejas, deja las burlas, deja la ironía, deja el “yo te lo dije”.

15 Gotera continúa en día de lluvia y mujer rencillosa, son semejantes; 16 el que trata de contenerla refrena al viento, y recoge aceite con su mano derecha. Proverbios 27:15-16

Comienza con gozo y esperanza, sin palabras, a ser Cristo, en silencio lavando los pies de tu esposo. Hermanos recuerden que incluso Judas traiciono a Jesús con sus pies recién lavados, limpios.

El Señor vino a servir, sometiéndose a su Padre no solo se despojo de su gloria celestial, sino que además se vistió de siervo lavando los pies de quien le estaría traicionando, de esa manera predicó el Evangelio y enseñó así el cómo se debe vivir. Mientras discutían sobre quien sería mayor entre ellos, el Señor lavo sus pies. El hijo de Dios lavo, en silencio, los pies de los hombres, demostrando así amor a los pecadores, ensuciando sus manos para que otros estuvieran limpios. Ahora ve tú y en silencio sirve  a tu esposo, ve y sométete a él, respétalo. Ten la esperanza de que el Señor pueda salvar a tu esposo, predica el Evangelio de la gracia con tus acciones. Que tu esposo vea como el poder de Dios puede cambiar a una mujer irrespetuosa, desobediente en una mujer dócil, obediente y fiel.

II.El cosmético de la cristiana.

Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.

 

La palabra adorno es del griego es la palabra kosmos de donde se deriva nuestra palabra cosmético. Esto era el “mundo” para los griegos, es decir así, al adornarse la mujer esta mostrando su cosmo, es decir su orden, su mundo al mundo.

¿Qué tiene que ver la forma en que me visto con el sometimiento a mi esposo?

Primero debemos recordar que el acto de someterte a tu esposo es debido a que estas sirviendo al Señor. Con esto en mente Pedro menciona algo que parece extraño, sin embargo es una verdad. Tú apariencia externa muestra mucho lo que verdaderamente hay en tu corazón.

No caigamos en el error fundamentalista de que usar peinados, teñidos, estilos de cabellos o usar joyas es algo prohibido o pecado. Existen muchos que piensan con un absoluto aquí y dicen:  “La mujer no debe tomarse  o cortarse el cabello, debe dejar su cabello crecer, tampoco debe usar joyas de oro o de otro material”…Sin embargo tomar así esta interpretación nos llevaría a decir que la mujer cristiana no debería, absolutamente tampoco  usar vestimenta o ropa. Lo que la escritura dice es que la mujer debe mostrar con su atavió externo lo que Cristo ya hecho en su corazón. La mujer puede y debe cuidar su cuerpo, ejercitarse, puede ponerse joyas, maquillarse, vestirse para su esposo.

La mujer tiene un matrimonio temporal con su esposo, sin embargo con el Señor, nuestro esposo, es un matrimonio eterno, por tanto este atavió es en primer lugar ante los ojos de Dios. Esto es lo precioso ante los ojos de Dios.

Por lo mismo dice el texto:  lo cual es precioso delante de Dios

Damos gracias a Dios porque es posible ver que en esta iglesia las hermanas desean en sus vestimentas honrar al Señor, y eso es muestra de que hay un temor santo hacia Dios. Con mucho amor les animamos hermanas a seguir guardando este mandato, pues es de ánimo para toda la congregación ver estos deseos en ustedes, en las casadas y solteras. Es triste ver mujeres, e iglesias,  que usan el día del Señor como una pasarela o una vitrina donde se exponen como mercadería. Eso ocurre hoy y es triste.   Un hombre sabio vera en esa mujer a alguien insumisa y quien desea ser sensual. Esto es lo aborrecible para Dios, no la belleza.

“Engañosa es la gracia, y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada” Proverbios 31:30

En cuanto a los jóvenes tengan cuidado, muchos miran esto y desean así iniciar un noviazgo o incluso un matrimonio, miran solo apariencias, la belleza externa,  pues como decía el proverbio mirar solo el anillo, la belleza de ese aro, pero olvidan que esta puesto en un cerdo, muchos, con los años, se arrepienten de haber actuado así, pues terminan conviviendo con un puerco y perdiendo el anillo.(Cita de un predicador que no recuerdo). Pon tu también tus ojos en lo que a Dios le agrada.

Como anillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa que carece de discreción. Proverbios 11:22

 

III.Sará un ejemplo de sumisión

Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. Así obedeció Sara a Abraham, llamándolo Señor, y vosotras habéis llegado a ser hijas de ella, si hacéis el bien y no estáis amedrentadas por ningún temor.

Pedro desea que estas hermanas, desde la esclava hasta la cristiana más pudiente tengan un referente, alguien en quien puedan ver de forma real lo que Dios demanda de una mujer cristiana.  Es así como Pedro les invita a mirar a las mujeres de la antigüedad principalmente a Sará.

Mujeres del AT

Vemos que Pedro las llama santas, es decir, fueron conocidas no por su belleza, sino por su condición de herederas de la promesa, de mujeres apacibles y sumisas.  Ellas fueron preciosas ante los ojos de Dios, pues pusieron su vista, su esperanza, su servicio para con el Señor, la promesa prometida.  Ruth ante Noemí :

16 Pero Rut dijo: No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Ruth 1:16

Pero cuando miramos a mujeres como Jezabel, Dalila o la esposa de Job, vemos a mujeres totalmente, insumisas,  rencillosas, sensuales y manipuladoras.  Esposa de Job:

Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. 10 Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios. Job 2:8-10

Sará

Así Pedro centra nuestra atención en el ejemplo de Sará, y vemos dos cosas principales en ella; una es que ella obedeció a Abraham y lo otro es que ella lo respetaba considerándolo “como al Señor”.

Pero a diferencia de Eva, Sará obedeció a su esposo. Ella tuvo que dejar la comodidad de su tierra y sigue a su esposo en una vida de peregrinos, dejando todo atrás y obedeciendo a pesar de las incomodidades del camino, ella no se quejo con Abraham, aburrida.  Sino que la vemos firme en esta esperanza que su esposo le había predicado; El salvador, Cristo Jesús, la promesa. Así dejo ella también a sus dioses, siguió a Abraham como viendo al invisible, pues lo hacía para el Señor.

Incluso, debido a su sumisión, Sara no abrió su boca cuando Abraham dijo que era ella su hermana, cosa cierta, sin embargo por interés de Abraham y para protegerse de los terceros la presento así, Génesis 12:13 y en  Génesis 20:2 por causal del rey Abimelec. En ambos casos Sará no dijo nada, es muy fuerte esta situación, sin embargo de ambas Dios libro a Sará.  El principio es lo que el texto muestra: Una mujer dispuesta a dar su vida por su autoridad, su esposo.

Incluso ella no lo llamo Señor, sino que vemos que en su interior ella lo consideraba como su señor, nuestro Señor. Si leemos Génesis 18:21, vemos que en su oración, en su interior, Sará tenía en un lugar de estima a su esposo.

Hermana amada si has creído en Jesucristo y el te ha salvado, tu eres hoy una hija de Sará, es decir, tu puedes y debes  hoy vivir conforme a estos mandatos que Pedro ha presentado. Dios no ha dejado esto aquí para que lo consideres o para que lo pienses; Dios lo ha dejado para que lo hagas tuyo, y para que con gozo obedezcas.

Sin ningún temor

Al venir y mirar estos mandatos se que quizás sientes una terrible carga sobre tus hombros. Quizás estas considerando el hecho de recortar estas líneas de la palabra. Pero por favor mira el final del verso 6, dice que esto ha de hacerse sin temor.

Debes descansar pues con todo esto estas mostrando sujeción y temor a Dios, tu Señor.¿ por qué temor en hacer su voluntad?

Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño. 25 No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga, 26 porque el Señor será tu confianza, y guardará tu pie de ser apresado.

27 No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo.

Proverbios 3:24-27

  1. El rol del esposo

Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

Hemos visto que así el cristiano debe mostrar las virtudes de su Señor sometiéndose a sus gobernantes, a sus amos o jefes, que la mujer cristiana debe someterse, por causa del Señor, a su esposo y ahora veremos que debe hacer el esposo cristiano.

Antes de levantar un dedo, o de levantar incluso la voz, el hombre debe entender lo que Pedro aquí está diciendo inspirado por Dios.

Primero, ¿cuando la mujer debe perder el temor? Cuando esta sometiéndose a su esposo.  Es así como el hombre no tiene escusa. La responsabilidad  es terrible,  pues es horrendo caer en las manos de un Dios airado.  Cuando la mujer ha cumplido con su tarea, el hombre no tiene justificación ante su precaria voz de liderazgo, ante su triste intento de mandar a su esposa con conceptos del mundo. El hombre debe tomar el lugar que le corresponde de manera igual de intensa y con la misma seriedad en que la mujer debe someterse al Señor. Esto no quiere decir que el hombre debe someter a su esposa.

Segundo el hombre, de acuerdo a lo dicho por Pedro, el hombre tiene la tarea de ser Cristo en su hogar. Pedro apunta a Efesios 5.

Viviendo comprensivamente/sabiamente con la mujer.

Efesios 5

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. 28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de su cuerpo. 31 Por esto el hombre dejara a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Debes entregar tu vida a tu esposa. Debe el hombre sustentar a su esposa, como si fuera ella su propia vida, también la debe sustentar de manera espiritual. El mejor teólogo debe ser el esposo de ese hogar, es tarea del hombre. Él llega también a servir a su hogar, no al descanso. Es por tanto, de esta forma, a través de la palabra de Dios, que purificaras a tu esposa, que ella será santificada y deseara someterse a ti.

El punto de Pablo, y hoy de Pedro, es que nuestras mujeres son el regalo más hermoso que el Señor ha puesto en nuestras manos. Son como un hermoso cofre y ninguna de las joyas se debe perder. Debemos pulir cada joya, limpiar cada tesoro, y así presentárselo al verdadero dueño cuando regrese por su tesoro.

Es por lo mismo que atreves de tu conducta, de sustentar a tu esposa, de alimentarla también en la palabra, de servirle a ella y cuidarla, estas siendo un pequeño Cristo en tu hogar.

Como con un vaso más frágil

¿Acaso Pedro está mirando a la mujer como a un objeto? Pues no. Todos somos considerados vasos de barro ante el alfarero, Dios, pero la mujer ha de ser tratada como un vaso más delicado, de mayor cuidado, de mejor importancia y calidad que el hombre.  Pedro está mostrando que el hombre debe dejar la aspereza, dejar los gritos, las palabras duras y aun que la mujer se muestre fuerte o se muestre independiente, el esposo debe tratarla con delicadeza, como a un vaso finísimo en su hogar. Algunas versiones dicen con respeto, honor. El cristiano debe tratar a su esposa de manera única, ella es única en tu vida, debes honrarla de tal forma que ella vea en ti tu interés solo hacia ella como la mujer. Muéstrale que en tus ojos no hay otras mujeres, que tus pensamientos son de ella, que se sienta amada, protegida, verdaderamente valorada y honrada, pues esta con un hombre de Dios que sirve al Señor a través del servicio que le da a ella. ¡Se Cristo para tu mujer! Esta es tu tarea.

Ambos son herederos.

Por tanto ella es tan digna de honor como el esposo. El esposo nunca debe olvidar que el es un siervo mas del Señor y que debe también servir a su esposa, pues ella esta puesta a su cuidado de parte de Dios. Es la hija de Dios, él es  a su vez su suegro, cuidado con maltratar a una de sus hijas, trátala con amor (Paul D. Washer.)  Además ella es tan heredera como tú de las promesas de Dios a través de los méritos de Cristo.

Hermano amado, como tratas a tu esposa, como honras a tu esposa, como amas a tu esposa es muestra de cómo y cuanto amas, verdaderamente, no con lo que dices, es la muestra de  verdad de cómo y cuanto amas a Dios.  Dice 1 Juan 4:20 que si dices amar a Dios, a quien nos has visto, pero aborreces a tu prójimo, a quien si has visto, te constituyes un mentiroso. Pues esto, bíblicamente hablando, no es cierto. ¿Quién es tu prójimo más cercano? Tu esposa, ella es entonces tu primera Iglesia y debes amárala, así como dices amar a Dios.

Ella es más importante que tu ministerio, que el desarrollo de tus talentos, tus hijos, tus amigos,  que tu trabajo, es más importante que tu propia vida; Ella es ¡Tu esposa, Tu Mujer! Se Cristo para con ella.

Debes tomar entonces tus responsabilidades como esposo y debes tomar ejemplo de hombres también que han amado a sus esposas. Dice un autor:

  • Adán llevó la culpa por el pecado de Eva, pero aun así le dio el nombre de Vida. • Salomón era el Rey sabio y poderoso, pero engrandeció la virtud y dividió la gloria con su Sulamita. • José saldría sin difamar a María, aun cuando pensaba que había sido engañado por ella, pues estaba embarazada sin que hubiesen vivido juntos. • Finalmente, Jesús, nuestro Señor, de quien todos eran sombras, paga el precio por cada error de su novia Iglesia y la hace disfrutar de las más deliciosas bendiciones juntamente con él y su herencia.

Ps. Samuel Vitalino.

Es un versículo para el hombre, pero es también potente, neurálgico y no puedes escapar de esto. Es esta nuestra tarea, tomar en nuestros hombros el cuidado de nuestras mujeres, cueste lo que cueste, ese es nuestro llamado principal. Es por lo primero que el Señor nos ha de pedir cuentas en la gloria hermanos amados. Este es nuestro ministerio, esta es nuestra tarea, esta es nuestra vida, podemos perder el ministerio, podemos perder algún llamado, pero jamás podemos, ni debemos perder a nuestras mujeres. Recuerda tu matrimonio es temporal.

Por último, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

Este verso es maravilloso, pues Pedro termina todo de una forma, digo yo,  sorpresiva. Aquí se dirige a ambos, mujeres y hombres, el dice que de vivir fuera de estos mandatos, voluntariamente hacer caso omiso a la palabra del Señor, las oraciones, de la mujer y del hombre, están siendo estorbadas.

Esto es algo terrible.

Todo cuanto has hechos, todo cuanto has pensado, todo cuanto has leído ha sido llevado a en oración al Señor, (es un hecho para Cristo que el cristiano debe orar). Pero todas estas oraciones han sido estorbada y limitadas en su acceso a Dios si has actuado de manera negligente en cuanto al rol que Dios te ha dado. Sin embargo es terrible pensar que de no haberte sometido a tu esposo y de no haber amado a tu esposa, todo cuanto has hecho es algo prácticamente vano, pues esas oraciones han sido estorbadas debido a tu inconsecuente actuar. Han sido impedidas, no han llegado ante la presencia de Dios. Seas hombre o mujer tus oraciones siempre serán estorbadas.

Al mirar lo que Pedro ha descrito encontramos que hemos pecado en todo esto. Quizás tu dices que no has pecado, te pediré que con temor de Dios y con tu corazón abierto vengas de nuevo a su Palabra. Pero es así para el cristiano y esto me lleva a reconocer estos tristes pecados. ¿Cuándo fue la última vez que pediste perdón a tu esposa por no darle un trato digno, cuando le pediste perdón a tu esposo por ser rencillosa y criticona ,cuando fue la última vez que pediste perdón a tu esposa por ser  áspero, acido e irónico con ella en tus comentarios?, ¿Cuándo fue la última vez que  te sometiste a tu esposo pero  con deseos de servir al Señor?.

Nuestras oraciones han tenido muchos estorbos debido a nuestros pecados. Pero no es lo que el Señor desea, Cristo vino al mundo para librar la esclavitud del pecado y por medio de Él encontramos perdón y verdadera limpieza para con nuestros pecados de insumisión, de rencillas, de ser hombres sin amor, fríos, podemos encontrar total limpieza ante nuestra maldad.

No vengas al Señor de forma liviana. Esto es un mandato y debes hacerlo tuyo, reconociendo tu maldad, pidiendo perdón por tus pecados en tu oración, pero también hacia tu esposa, sea esta creyente o no. Solo así serás limpio del pecado, solo viniendo a Cristo Jesús, quien es nuestro sacerdote y quien presenta nuestras oraciones al Padre, en arrepentimiento encontramos perdón y redención para nuestras almas.