Sardis: Una Iglesia Muerta y un Dios vivo

Apocalipsis 3:1 – 6 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Caractericemos a la ciudad:

El plural Sardis se refiere, primero, a la ciudad como fortaleza en lo alto de un promontorio, ésta era una ciudad que poseía productos agrícolas y tenía una industria conexa situada en la parte llana del valle inferior. Situada en una franja elevada y angosta, la fortaleza era invencible desde el punto de vista militar. Sólo era posible llegar a la ciudad desde el sur, a lo largo de esta franja angosta y elevada que terminaba en el promontorio (colina) sobre el que se había construido la fortaleza. Precipicios pronunciados protegían a la ciudad de manera que no se podía escalar. Debido a sus fuertes defensas, Sardis se convirtió en capital de Lidia, pero su ubicación impidió que se expandiera y la obligó a seguir siendo pequeña, de aquí su importancia, ya que al ser capital sería el centro de los primeros ataques en cualquier invasión.  Dependía por completo del fértil valle que la circundaba para todas las necesidades de la vida, y los productos había que transportarlos hasta la ciudad.

Creso, rey de Lidia (560–546 a.C.), forma parte de la historia de la ciudad. Todo lo que tocaba, según la leyenda, se convertía en oro. Incluso la naturaleza misma ayudaba a Sardis, porque Herodoto escribe acerca del río Pactolus que cruza la ciudad:

“El río que desciende del Monte Tmolus y que le trae a Sardis cantidades de polvo de oro, cruza directamente el mercado de la ciudad”.

Creso utilizó la riqueza para extender su influencia, que llegó muy al oriente de Sardis. En una batalla contra Ciro de Persia confió en un oráculo que le dio la sacerdotisa de Delfos:

“Si atraviesas el río Halys, destruirás un gran imperio”

Con su ejército cruzó este río y destruyó no el imperio persa sino el suyo propio. Creso pensó que iba a estar a salvo en Sardis, su inexpugnable fortaleza. No creyó que Ciro fuera a perseguirlo, y por ello no movilizó a sus fuerzas. Cuando el ejército persa llegó a Sardis, Creso decidió esperar, al creer que nadie podría escalar los muros casi verticales del promontorio. Así, Ciro sitio a Sardis, dice Heródoto que en el 14º día de asedio Ciro comunicó a sus soldados que premiaría a quien escalase las murallas de la ciudad. Aunque muchos fallaron, un soldado de nombre Hiréades consiguió ascender por una zona que miraba al Tmolo, no vigilada por considerarse inexpugnable. Se cuenta que la idea de Hiréades se le ocurrió tras atisbar a un lidio que bajó por allí a recoger algo que se le había caído y volvió a subir escalando. Una vez Hiréades dio ejemplo, otros persas ascendieron y lograron rendir la ciudad, que fue saqueada acto seguido.

Cuando las personas no toman en cuenta su historia, repiten los errores del pasado. En el siglo tercero antes de Cristo, Antíoco el grande de Siria envió a sus ejércitos contra Sardis (214 a.C.). Sus soldados escalaron los desprotegidos muros de la ciudad y se apoderaron de ella en forma muy parecida a como lo habían hecho los persas en el 546 a.C. Por esto, cuando Jesús dijo a los creyentes en Sardis, «¡Está alerta!» (v. 2), oyeron un eco de su propio pasado que dio más fuerza a dicha advertencia.

Judíos quizá vivieron en Sardis durante algún tiempo  y que eran ricos, influyentes y suficientemente numerosos para poder construir edificios como la sinagoga, o aledaños a este. Todavía hay más. Jesús menciona que unas pocas personas en Sardis no han manchado sus ropas.

Apocalipsis 3:4  Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras;  y andarán conmigo en vestiduras blancas,  porque son dignas.

Esto quiere decir que estos pocos se mantuvieron incólumes frente a influencias externas y que no se adaptaron a las prácticas religiosas de su tiempo. Si bien las dos cartas a las iglesias de Esmirna y Filadelfia mencionan “la sinagoga de Satanás” y a personas que “dicen que son judíos pero no lo son”, Sardis no sufrió oposición de parte de judíos.

Apocalipsis 2:9  Yo conozco tus obras,  y tu tribulación,  y tu pobreza  (pero tú eres rico),  y la blasfemia de los que se dicen ser judíos,  y no lo son,  sino sinagoga de Satanás. Apocalipsis 3:9 He aquí,  yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son,  sino que mienten;  he aquí,  yo haré que vengan y se postren a tus pies,  y reconozcan que yo te he amado.

Además los Efesios también sufrían oposición de parte de los judíos:

Hechos 18: 19 -21 Y llegó a Éfeso,  y los dejó allí;  y entrando en la sinagoga,  discutía con los judíos,  los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo;  mas no accedió,  sino que se despidió de ellos,  diciendo:  Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene;  pero otra vez volveré a vosotros,  si Dios quiere.  Y zarpó de Éfeso.

El evangelio que los cristianos locales proclamaban y aplicaban era demasiado débil para que resultara ofensivo para los judíos. Asimismo, los templos paganos dedicados a Cibeles, Zeus Lidios, Heracles y Dionisio influían en la religión de las personas. Una vez más, la clase de evangelio que los habitantes de Sardis oían de los cristianos no significaba ninguna amenaza para las religiones paganas. Probablemente esta Iglesia alimentaba la apatía, el materialismo, la concupiscencia o el entretenimiento, en lugar de un pulpito los de Sardis tenían un escenario, apagaban el mensaje del evangelio acomodándolo a los gustos de las personas, agradaban al público más que alimentar al rebaño, el énfasis no estaba en las Escrituras sino en agradarse a sí mismos.  Se habían apartado las cosas elementales de una comunidad:

Hechos 2: 24 y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión unos con otros y en el partimiento del pan y en las oraciones Gálatas 5:13  Porque vosotros,  hermanos,  a libertad fuisteis llamados;  solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,  sino servíos por amor los unos a los otros. Hebreos 10:24-25 considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y las buenas obras, no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre

El estilo de vida inofensivo de Sardis conducía a la paz religiosa con el mundo pero también a muerte espiritual a los ojos de Dios. Con excepción de unos pocos miembros fieles que siguieron alimentando el fuego del evangelio, la iglesia misma iba extinguiéndose poco a poco, como fuego que carece de combustible y de aire. Pero entre las humeantes cenizas había unas pocas brasas. La iglesia de Sardis, destinataria de la quinta de las siete cartas de Ap 2-3, parece haberse llenado de altivez. Confiada en su gran reputación, carecía de indicios de vida. Sin enemigos visibles, gozaba de paz, pero la paz de la muerte. Las advertencias del Señor, sin embargo, parecen haber surtido efecto. Sardis surgió después del primer siglo como centro cristiano.

El centro de las reuniones y la misión principal de la Iglesia habían sido olvidados. Recordemos cómo eran las Iglesias que ya hemos estudiado: Éfeso a pesar de que había perdido su primer Amor tenía una teología fuerte, contendían por la Fe, eran trabajadores, pacientes, sufrían, carecían del primer Amor, es cierto, pero aun tenían un mensaje claro del Evangelio. Esmirna era una Iglesia conforme al corazón de Dios, eran pobres, pero vivían y morían por su Salvador. Pérgamo no negaba la Fe a pesar de los días de persecución, sino que guardaba la Fe en una ciudad pagana. Tiatira aumentaba sus obras, caminaba en las obras de Cristo, tenían Amor, Fe, Servicio y Paciencia, pero Sardis y Laodicea muestran a  congregaciones que pierden la esencia del Evangelio, si se pierde esto, no hay Iglesia, sino grupos de personas acomodadas a la sociedad, a sus propios deleites, emborrachadas de sí mismos, y solo excepciones en este tipo de  congregaciones son la albacea del Evangelio Eterno.

Sardis al  acomodarse a su entorno religioso la iglesia quedó protegida de toda persecución, porque casi nadie se daba cuenta de que existía. La hipocresía y un lamentable deterioro de la religión son los pecados de los cuales se le acusa. Las cosas externas parecían bien a los hombres, pero ahí había sólo la forma de la piedad, no el poder; un nombre que vive, pero no un principio de vida. Había gran mortandad en sus almas y en sus servicios; cantidades que eran totalmente hipócritas, otros que estaban viviendo en forma desordenada y muerta.

El Pastor Steve Lawson dice lo siguiente en relación a este tipo de Iglesias:

"Muchas iglesias quieren ser como el mundo para ganar al mundo, pero pierden vista del hecho de que Cristo está buscando santidad y no mundanalidad."

Matthew Henry comenta lo siguiente:

Nuestro Señor los llamó a ponerse alertas contra sus enemigos y activos, y fervientes en sus deberes; y a proponerse, dependiendo de la gracia del Espíritu Santo, a revivir y fortalecer la fe y los afectos espirituales de los aún vivos para Dios, aunque en decadencia. Perdemos terreno cada vez que bajamos la guardia. Tus obras son huecas y vacías; las oraciones no están llenas de santos deseos, las limosnas no son obras llenas de caridad verdadera, los días de reposo no están llenos de devoción del alma adecuada para Dios. No hay afectos internos adecuados para los actos y expresiones externas; cuando falta el espíritu, la forma no permanece por mucho tiempo. Al procurar un avivamiento en nuestra alma o en las de otros, debemos comparar lo que profesamos con la manera en que vivimos, para ser humillados y vivificados y tomar firmemente lo que queda. Cristo enfatiza con una temible amenaza su consejo, si fuera despreciado. Sin embargo, nuestro amado Señor no deja a estos pecadores sin algo de aliento. Hace una honrosa mención del remanente fiel de Sardis, formula una promesa de gracia para ellos, y no para toda la congregación, es lamentable cuando la individualidad de algunos Santos resaltan por sobre la identidad del colectivo de la congregación.

Vamos al texto:

El que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas dice esto: Conozco tus obras; tienes fama de estar vivo pero estás muerto.

Los siete espíritus describen la plenitud del Espíritu Santo al que Jesús envía de parte del Padre:

Juan 14:26  Mas el Consolador,  el Espíritu Santo,  a quien el Padre enviará en mi nombre,  él os enseñará todas las cosas,  y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Cristo le está diciendo a Sardis que él es quien envío al Espíritu Santo junto con el Padre, y que la Tercera Persona de la Trinidad les enseñaría todas las cosas, y les recordaría todas las cosas, esto lo hizo y lo hace Dios a través de su obra sobrenatural y el legado Apostólico.  Dios les está preguntando si conocen al Espíritu Santo el cual es el sello de nuestra redención:

2 Corintios 1: 22 el cual también nos ha sellado,  y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

El es nuestra garantía de la herencia eterna que tenemos en Cristo ¿Lo conoces? Eso le está diciendo a Sardis, traduciendo, ¿Me conoces? Porque si no conocemos al Espíritu Santo no conocemos al Hijo ni al Padre.

Juan 15:26  Pero cuando venga el Consolador,  a quien yo os enviaré del Padre,  el Espíritu de verdad,  el cual procede del Padre,  él dará testimonio acerca de mí.  Y vosotros daréis testimonio también,  porque habéis estado conmigo desde el principio.

¿Estás dando testimonio de Cristo? ¿Buscas estar lleno del Espíritu Santo cada día? Sin él no hay vida en nosotros, estaríamos muertos espiritualmente al igual que Sardis. El Espíritu, por tanto, es el agente que infunde nueva vida a la iglesia moribunda de Sardis y estimula a los miembros indolentes para que actúen. Cristo a través de la Obra del Espíritu Santo se muestra a la Iglesia como quien infunde vida, y así se muestra a lo largo de las Escrituras:

Génesis  2:7  Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,  y sopló en su nariz aliento de vida,  y fue el hombre un ser viviente. Hechos 17:25 ni es honrado por manos de hombres,  como si necesitase de algo;  pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Isaías  42:5 Así dice Jehová Dios,  Creador de los cielos,  y el que los despliega;  el que extiende la tierra y sus productos;  el que da aliento al pueblo que mora sobre ella,  y espíritu a los que por ella andan.

El soplo, el aliento de Dios, no estaba sobre Sardis, no había vida,  en general se sabía que Sardis tenía una congregación con fama de estar viva. Suponemos con esto, que su posición financiera e influencia quizá contribuyeron a dar a la iglesia el aspecto próspero de mucha vida espiritual. El aspecto externo puede engañar a otros creyentes que la miran de una manera superficial, pero Jesús examina la situación interna de la iglesia y encuentra una carencia de fe vibrante, lo cual ha conducido a muerte espiritual. La iglesia en Sardis se había convertido en nada porque no supo contribuir al progreso del evangelio. Jesús dijo a los efesios que si no se arrepentían, les quitaría el candelabro para impedir que siguieran siendo iglesia. De igual modo, Sardis dejaría de ser iglesia a no ser que sus miembros dieran pruebas de arrepentimiento. El pecado era tal que al igual que el Diluvio, el pecado de Sardis hacía que no hubiese ningún atice de vida. Ver a Sardis, era ver el valle de Huesos Secos que describió Ezequiel 37.

¿Vivirá Sardis? Al igual que Ezequiel solo el Señor lo sabía. En la actualidad no hay Iglesia Cristiana en este lugar, al igual que Éfeso, su pomposa fama no era tal, sino que eran sepulcros blanqueados, corazones vacíos, nueves sin agua, cenizas frías, hombres y mujeres que sólo adoraban a Dios externamente, pero sus corazones estaban lejos del Señor.

Ellos no experimentaron lo que relata Ezequiel:

Ezequiel 36:25 - 28  Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

¿Y tú? ¿Y yo? ¿E IBGS? ¿Han experimentado el soplo de aliento de vida de Dios, la limpieza de Dios, la regeneración por el poder del Espíritu Santo? O ¿Sardis habita en tu corazón? Amados, ¿Seremos conocidos por nuestra influencia económica? ¿Por nuestra forma de vestir? ¿Por nuestra influencia Política?  O ¿porque el evangelio es predicado con Fidelidad?  Como lo hacía Esmirna, como lo hacía Filadelfia, como lo hacían los Padres de la Iglesia, los héroes de la Reforma y tantos que nos antecedieron, que no cambiaron el lenguaje ni el mensaje del Evangelio, sino que fueron heraldos de la verdad, hombres y mujeres llenos de vida, porque el Espíritu Santo habitaba en ellos.

Hoy hay Iglesias que invitan a celebridades neófitas a cantar o incluso a predicar, Iglesias que enseñan a cocinar a los miembros en vez de amonestarlos con la Palabra, Iglesias que utilizan canciones compuestas por paganos para adorar supuestamente a Dios, Iglesias que reemplazan el mensaje de la Palabra por obras de teatro y conciertos, Iglesias que no tienen vida de oración porque tienen muchas actividades deportivas, Iglesias que no santifican el día del Señor y reemplazan las Escrituras por filosofía e ideologías de los hombres, Iglesias que en vez de tener Pastores tienen couch motivacionales, Iglesias que poseen ladrones y usurpadores como líderes, Iglesias que aprueban alianzas con otras religiones en pos de la paz tergiversando el mensaje de Cristo.

¿Cómo viviremos ahora? ¿Ante esta realidad que haremos?  Sin el Poder de su Espíritu Santo, solo somos címbalos que retiñen, incapaces de ver cuál es nuestra condición, él es quien escudriña los corazones y se constriñe cuando pecamos, él es quien actúa en nosotros para que el arrepentimiento brote en nuestros corazones, sin el Espíritu Santo no podíamos percibir que estábamos sumidos en las tinieblas, todo lo contrario, al igual que Sardis creíamos que éramos famosos, que estábamos protegidos al vivir en nuestra ciudad tan amurallada, en nuestros propios placeres, nos jactábamos de estar vivos, sin embargo estábamos muertos en delitos y pecados, y Dios en su misericordia, envió al Espíritu Santo con su misterioso poder, y nos hizo vivir, nos dimos cuenta que estábamos en los lazos de la muertes, que éramos insensibles, experimentamos la naturaleza de nuestra real ceguera, y vimos al unigénito del Padre como nuestra estrella de la mañana, como el árbol de la vida, como la piedra del ángulo de nuestras vidas, si ha habido crecimiento espiritual ha sido por obra y gracia del espíritu Santo, así como vino el espíritu Santo en el libro de los Jueces sobre Otoniel, Gedeón, Jefté y Sansón así debe venir el Espíritu Santo sobre esta Iglesia para que ésta realice grandes proezas como esos hombres, para ser cartas del Dios vivo Escritas por el puño y letra del Espíritu Santo.

Nuestro Dios es un Dios de vivos no de muertos, acerquémonos a él para ser vivificados:

1 Pedro 2:4 -5  Acercándoos a él,  piedra viva,  desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,  vosotros también,  como piedras vivas,  sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,  para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.