Luego de recordar la importancia del día del Señor, nos concentramos en lo que hacemos este día: el culto público de adoración a Dios. En esta sesión aprenderemos sobre los ejercicios espirituales legítimos que podemos realizar cuando la Iglesia está reunida como un sólo cuerpo. Profundizaremos sobre las directrices de las Escrituras sobre el principio regulador de la adoración, en donde entendemos que sólo podemos adorar a Dios a través de lo que él ha mandado expresamente en su Palabra. Los invitamos a ser parte de esta vital enseñanza para la Iglesia  para el día en que celebramos la victoria de Cristo en la Cruz.

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