1 Pedro 4:7-11 Pero el fin de todas las cosas se acerca. Sean pues ustedes prudentes y de espíritu sobrio para la oración. Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones (sin quejas). Sermón  anterior Pedro ha exhortado a los hermanos para que vivan con el ejemplo de Cristo, quien sufrió la persecución cargando en sus hombros las culpas nuestras, como dice el himno cabeza ensangrentada herida por mi bien, de espinas coronadas , por fe mi ojos ven, De todos despreciada, mi eterno bien será, Por todas las edades mi ser te adorara. Pues oprimida tu alma fue por el pecador, La transgresión fue mía, mas tuyo fue el dolor. El llevó nuestros dolores para que nosotros disfrutemos de perdón eterno, de dicha en las alturas, por lo tanto nosotros no podemos ni debemos pagar ese regalo inmerecido, sino que debemos por amor a nuestro Padre y en gratitud por esta obra de su hijo, nuestro Señor, vivir anunciando las virtudes de nuestro Señor, a pesar de que esto signifique dolor, del que sea, mental, o físico. Fue así que nuestro Señor terminó con el pecado, sin embargo el vivió todo ese tiempo de  desprecio, incluso antes de nacer ya había sido despreciado al no tener lugar donde poder dar a luz su madre María. Cristo nos enseño a enfrentar los ataques que viven quienes tienen esta vida, lejana de los aplausos mundanales, esta vida que está en misión constante y concreta, esta vida está en constante ataque del enemigo, pues esta vida está en una guerra espiritual y esta guerra no se puede ganar sin antes armarse, con un arma que es poderosa para derribar todo argumento, pues la batalla de esta guerra es la mente y esta debe estar armada de los pensamientos de Cristo, con la mente del Señor. Esa mente que vemos en su vida y a través de sus actos, pues las ideas tienen consecuencias, si Cristo gobierna nuestras ideas nuestros actos serán consecuentes a nuestra confesión de fe. Y esto es importante entenderlo y cumplirlo, armarse de la mente de Cristo para vencer, pues en medio del mundo siempre estaremos recibiendo ataques, para resistir al diablo debemos tener la mente de Cristo, debemos olvidarnos del yo y comenzar a vivir solo para el otro, en servicio. Esta batalla tiene un tiempo determinado, un tiempo en el cual ya está escrita nuestra historia, nuestra vida es corta y debemos usar el tiempo que nos queda en honrar a nuestro Señor, no debemos seguir recordando, mirando y anhelando el tiempo pasado, tal cual la esposa de Lot al mirar hacia Sodoma, nuestra vida será destruida, hecha una estatua de sal, debemos olvidar ese tiempo pues ya fue suficiente con el tiempo pasado de pecado y debemos ahora mirar hacia adelante, servir al Señor pues a su tiempo cegaremos si no desmayamos. Esta guerra será vencida solo al vivir con esa mente del Señor la cual traerá victoria,  iremos en contra de la corriente de este mundo y a los incrédulos eso no les parecerá normal, para ellos será extraño, así tendremos opción de compartir el evangelio. Finalizamos  viendo que solo el evangelio es capaz de dar vida a quienes sufren, es esa la esperanza, pues  quienes creyeron en Cristo Jesús, fueron salvados y aunque murieron físicamente, fueron vivificados en espíritu según Dios.

  1. Viviendo en consciencia del fin que se acerca.
Pero el fin de todas las cosas se acerca Al leer estas últimas líneas los hermanos han sido animados a mirar esa promesa que espera a quienes mueren en el Señor, la de ser vivificados, tener una vida nueva y eterna según las promesas de Dios. También podremos guardar una esperanza gloriosa al recordar que ese día se acerca, el tiempo final, cuando todo se acabe, cuando Cristo venga por su pueblo, ese día viene de forma inminente. Vemos que esta frase, o esta declaración es repetida en la escritura, por ejemplo: Romanos 13:11 Y hagan todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarse del sueño. Porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos. Hebreos 10:25 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca. Santiago 5:8-9 Sean también ustedes pacientes. Fortalezcan sus corazones, porque la venida del Señor está cerca. Hermanos, no se quejen unos contra otros, para que no sean juzgados. Ya el Juez está a las puertas.   Es importante mirar estos versos y  atender a las palabras de Pedro, en medio de un mundo contrario, de un hostigamiento social y además de una persecución inminente recordar que nuestro Señor vendrá y que ese tiempo se está acercando cada vez más esto nos motiva en nuestras luchas, en nuestro dolor, saber que cada día se acorta la distancia entre Cristo y nosotros. Este es el propósito de estas palabras, pues han pasado 2000 años y aun no se acaban TODAS las cosas, sin embargo el punto de Pedro es  vivir a la luz de esta verdad. Pedro no estaba poniendo una fecha para a la venida de Cristo, pues Pedro oyó del mismo Señor que no era para ellos el conocer los tiempos o las épocas que el Padre ha fijado para el fin del mundo y la restauración de su reino. Hechos 1:6-7 Cristo sí nos aseguro que vendría por nosotros Juan 14 “No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también…”y sí para Pedro eso estaba cerca, ¿Cuánto más para nosotros que hemos vivido 2000 años desde esa época? Por lo tanto, Pedro les ha dicho que ya basta el tiempo pasado de pecado, ahora el tiempo que les queda debe ser vivido no conforme a las concupiscencias de los hombres, sino que conforme a la voluntad de Dios. Pero ¿Cuál es y cómo se debe llevar a cabo esa voluntad de Dios? Es la pregunta que Pedro desarrolla para estos hermanos, pues el poco tiempo que el cristiano tiene de vida, tiempo breve y además sabiendo que el Señor vendrá por su pueblo, debe ser usado para hacer que la voluntad de Dios se desarrolle en el mundo. Pedro entrega entonces directrices claras, las cuales además harán de los hermanos una iglesia solida que traerá gloria a Dios. No sabemos como ocurre, pero cuando nuestra vida es dejada de lado, y nos ponemos a mirar y servir a otros, a trabajar para el Señor, nuestros sufrimientos desaparecen, y nos gozamos al ver como otros son restaurados, perdonados y amados por Dios.
  1. Directrices para esperar el fin de todas las cosas.
  2. Sean pues ustedes prudentes y de espíritu sobrio para la oración.
Lo primero que Pedro manda es algo que ya ha mencionado con anterioridad en esta carta, es la sobriedad. Ser sobrio es algo que hoy en día parece cosa del pasado. La sobriedad es algo que ya no se practica, es más, lo contrario a sobriedad es uno de los valores de nuestra sociedad, lo que merece aplausos y toda admiración. En contra a esta posición se encuentra el cristiano, quien teniendo la mente de Cristo debe guardarse en sobriedad, viviendo a la luz del regreso del Señor una vida que lo hace pensar con claridad. La mente del cristiano debe estar gobernada por los pensamientos de Cristo, esto es ser sobria. Ser sobrio es lo contrario a estar embriagado. Estar embriagado es estar intoxicado, es tener el juicio o la mente perdida, por la ingesta de algo  externo que afecta a todo el cuerpo, todos los sentido, así viviremos de forma estúpida, sin pensar, sin razonar, actuando como animales y por instintos etc. Pues bueno estar embriagado es una forma de mostrar como es el hombre natural, quien siempre esta embriagado y se deleita en su embriaguez no solo al ingerir alguna sustancia como el alcohol, sino que también al estar embriagado de filosofías pecaminosas  y corruptas. Vivir en la embriaguez de la mente es vivir inundado en nuestros placeres, en nuestras obras perversas, en nuestras ansias de distintas cosas, en nuestros vicios, nuestros pecados nos intoxica, el espíritu del mundo nos intoxica, ¡debemos no beber más de esa bebida de muerte! ¿Para qué estar sobrios? Cuando el hijo prodigo despertó, el volvió en sí, es decir se puso sobrio.  Y recién en esa condición se dio cuenta de la asquerosidad en la cual estaba envuelto, revolcándose con los cerdos, deseando la comida de los cerdos, y en ese momento despertó, razonó, vio todo de forma nítida y  pudo ver su maldad y salir de allí para correr adonde su padre a rogar clamando, elevando una oración de arrepentimiento y de misericordia. Al estar sobrios podemos ver nuestra maldad y clamar perdón a nuestro Señor, además de ser capacitados para servir a nuestro Padre. La oración no es algo posible, o algo a considerar, es algo esencial en la vida del cristiano. Pero si nuestra mente esta emborrachada en las cosas de este mundo, jamás podremos guardar esta maravillosa disciplina que Dios nos ha dado para poder hablar con Él. La televisión, internet, facebook, comida, ropa, viajes, pareja, hijos, tu trabajo y como he dicho en otras ocasiones incluso tu ministerio, e incluso las circunstancias de la vida, la muerte de un ser querido, el despido laboral, un accidente o enfermedad terrible etc…son cosas que pueden estar nublando tu visión, cosas que pueden estar manteniendo tu vida en una borrachera terrible de orgullo, de soberbia, de inmadurez,  o de angustia profunda, así será imposible que puedas orar al Señor, debemos dejar estas cosas, y venir a Él no en una especie de sesión espiritista, todo lo contrario, el texto nos habla de tener un espíritu sobrio para así venir a los pies de nuestro Rey y pedir como conviene. La oración Es la oración el único medio por el cual podemos entrar confiadamente ante el trono de la gracia para alcanzar misericordia y  hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4. Y esto solo gracias a los méritos de Cristo Jesús, pues por Él fue rasgado el velo que nos separaba de Dios, y ahora nada estorba entre quienes han sido constituidos hijos de Dios solo por la fe en Jesucristo. No hay visiones, sueños, no hay canales extraños, ni palabras especiales o ritos, nada más que al abrir nuestra boca, algo tan simple como hablar, es el medio que maravillosamente nos hace hablarle a nuestro Padre celestial. Al atravesar el sufrimiento, la persecución y la desesperación recordemos que no hay lugar más consolador en la tierra que el trono de la gracia de Dios. Por lo mismo despreciar la oración demuestra en realidad que somos orgullosos y soberbios, declarando a Dios que no le necesitamos, que nosotros podemos, que sin el estamos bien. “Nunca desmayes en la oración. Cuando no tienes deseos de orar, es una alerta de que debes orar más. Ningún hombre tiene tanta necesidad de orar como aquel a quien no le interesa hacerlo. Si puedes orar por largo rato, entonces no representa ningún sacrificio para ti, pero si no puedes y no deseas orar, entonces tienes que orar o el malvado se aprovechará de tu situación. Él está listo para arruinar a aquel que se olvida del trono de la misericordia, cuando el corazón se muestra apático ante la oración, el hombre está padeciendo una peligrosa enfermedad. ¿Cómo puede cansarse de orar? Esto es esencial para la vida. Si alguien se cansa de respirar, de seguro está a punto de morir; si alguien se cansa de orar, tenemos que orar mucho por él, porque está corriendo un gran riesgo”. Charles Spurgeon
  1. Sobre todo ámense y sean hospitalarios.
Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados. La segunda directriz de Pedro es amar. Cuando leemos estas líneas es imposible pensar ejecutarlas sin primero mirar a Cristo, quien se entrego completamente por amor a su pueblo. Sin tener algún mérito Él nos amó y nos demostró que el amor real, el amor verdadero es el de las acciones, no el de las palabras. Esto lo hizo bajando él, personalmente, y  desde lo más elevado para levantarnos desde el lugar más asquerosos y sucio que podamos pensar, pues allí estábamos. Este es el amor de Cristo… 15 Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. 1 Timoteo 1 Es este amor el que debe ejecutar el cristiano. Ese amor sin condiciones y sin esperar nada a cambio. Ese amor que no es de los sentimientos, sino que de la razón, de la voluntad y de la empatía. Fervientes, esto es amor sacrificial, es como estirarse hacia otro, esto necesita esfuerzo profundo, es un llamado hacerlo no esperar a sentirlo, sino que a hacerlo con abundancia o de manera intensa, decidido a hacerlo con ánimo pronto. Amarnos es sin duda uno de los mandatos más claros en las escrituras, es el segundo mandato en el resumen que Cristo hace de la ley, amar a Dios y a tu prójimo como a ti mismo, sin dudas suena fácil, pero nos cuesta, Pues nuestra mente está llena de las contaminaciones de esta generación, actuamos según conveniencia, según intereses, o simplemente evitamos lo que involucre nuestras fuerzas, nuestro trabajo, no estamos dispuestos a sufrir por otros, a llorar con otros y en muchos casos ni siquiera a gozarnos con otros, pero hermanos amados como he dicho antes, no amar a nuestro prójimo es odiar a nuestro prójimo en realidad, no pensemos en ese campo amplio y cómodo de los intermedios o del veremos, aquí no lo hay, pues esto es simple amados;  si no estamos amando a nuestros hermanos, es porque estamos odiando a nuestros hermanos, nos demos o no cuenta, y no pensemos por favor en otros, en conclusiones como “que escuche esto fulano” o también “Así es! A mí nunca me llaman, nunca me saludan, nunca me invitan etc…” piensa en ti mismo, en tu falta y pide perdón al Señor Nuestro amor a Dios es directamente proporcional al amor que damos a nuestros hermanos. Todo cuanto decimos sobre el amar a Dios con nuestra boca, debe coincidir con todo lo que hacemos por amor hacia nuestros hermanos con nuestras manos. En tiempos de dolor y de angustia no esperes a que te amen, sino que ¡ama a tu prójimo como si fuera tu propia carne! 1 Juan 3 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Si hemos sido amados así, cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados , siendo sus enemigos, Él nos amó dejando atrás nuestra maldad y transgresiones, en aquella cruz tomando nuestro lugar y  llevando nuestra vergüenza para que seamos librados y perdonados de toda condenación, ahora amemos a nuestros hermanos, perdonado sus pecados y a pesar de sus caídas, levantamos a quienes han fallado, busquemos su restauración, seamos las herramientas que Dios use para cubrir el pecado de nuestros amados a través del gloriosos evangelio de Cristo. La invisibilidad de Dios se hace visible en la iglesia, cual es su cuerpo, siendo solo Cristo Jesús la cabeza en autoridad y ejemplo. Es aquí, en esta iglesia local, donde debe verse la invisibilidad de Dios, a través de su cuerpo, que somos tu y yo.
  • ¿Cómo demostramos ese amor?
Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones (sin quejas). Aquí hay dos grandes puntos en los cuales podemos amar a nuestros hermanos en cosas bien prácticas y hoy veremos el primer punto; la hospitalidad, palabra que nos parece un tanto extraña, sin embargo es bastante usada en las escrituras. Lo vemos incluso como un requisito que debe ser observable en quien desea ser pastor, pero además es un requisito que debe guardar todo creyente. 1 Timoteo 3 y Tito 1. Ser hospitalario es una muestra de gozo, de amabilidad, de atención y de servicio que debe ser visible en el creyente cuando este debe recibir a una visita, principalmente extranjeros, viajeros, peregrinos. Es también importante notar que ser hospitalario muestra un deseo de estar con las personas, cediendo incluso cama, su ropa, comida etc…dando toda comodidad a nuestro hermano. Antiguamente los viajeros, misioneros, o quienes salían de su tierra por algún motivo y llegaban a otro lugar  corrían el riesgo de ser asaltados incluso en los hoteles, que además eran muy caros y si no pagabas no te podías ir, por tanto lo mejor era ser recibido por una familia, y así fue por ejemplo en caso de Lidia Hechos 16, Ella escucho a Pablo y vemos su cambio, puso su propia casa para que Pablo alojara, abrió su hogar. ¡Qué ejemplo más grande aun tenemos de hospitalidad, nuestro mismo Señor Jesucristo fue a su casa a prepararnos lugar, y no nos ha cobrado nada y tampoco nos cobrara! Hoy tenemos un tremendo privilegio al poder recibir a hermanos que vienen de otros países, que están en distintas situaciones y que nosotros estamos llamados a servirles con nuestras vidas. Nuestra tarea esta clara hermanos, muy clara, ¿tienes espacio en tu corazón para las necesidades de otros?, pues bueno ahora haz esa misma pregunta con las cosas físicas, ¿tienes espacio en tu casa, presupuesto etc para otro?, pero no solo esto es la hospitalidad, ella viene desde el evangelio, esto incluye amarles y ayudarles con nuestro compañerismo en sus luchas, en sus dolores, en sus angustias, estar con ellos fervientes en oración, ser la familia de la fe. Y esto sin murmurar, o como lo traduce NVI sin quejarse. Veamos el privilegio que hay en este acto tan simple como el compartir nuestro hogar, nuestra comida con nuestros hermanos enviados por el Señor. Permanezca (Continúe) el amor fraternal. No se olviden de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Hebreos 13:1-2 Veamos un ejemplo amados hermanos para ayudar a nuestro entendimiento usado por el Pastor Salvador Gómez Dickson en una predicación: 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?  Santiago 2 De nada sirve decir, y decir, y decir, y decir que somos cristianos y hermanos y que nos amamos, si estas confesiones no tienen muestras de actos visibles  estamos en problemas gigantes ante Dios, pues es terrible vivir una fe falsa, si no estamos amando a nuestros hermanos y aquí un ejemplo claro de hospitalidad, estamos en pecado. No usemos la excusa barata de que la salvación es por gracia, eso es una verdad que todos defendemos ya que la escritura así lo enseña, sin embargo esa salvación que ha sido regalada por fe en Cristo Jesús produce obras dignas y verdaderas de amor, dando de gracia lo que de gracia se ha recibido. Id en paz, era un saludo común en los tiempos bíblicos que equivalía a  “que te vaya bien, orare por ti, Dios te ayude etc…” ¿de qué sirve eso si no damos lo que la persona necesita? Como nos confronta la palabra hermanos amados…Si pudiendo hacer algo, que claramente podemos hacer no lo hacemos, estamos pecando. 27 No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. 28 No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle. Proverbios 3 Una ilustración de John MacArthur “Una Reina europea de algunos siglos atrás. Dejo a su cochero en su carruaje mientras ella asistía al teatro a ver un drama. Este estuvo tan emotivo que la reina lloro durante toda la presentación, sin embargo al llegar a su carruaje y al descubrir que su cochero había muerto por congelamiento no sacó ni siquiera una lagrima. Fue profundamente conmovida por una tragedia ficticia, pero estaba completamente insensible con esta tragedia real en la cual ella misma estaba involucrada. Es sorpréndete que tantas personas se involucren de forma tan profunda con una película de drama, canción popular o programa de televisión, llorando por tragedias ajenas, enardeciéndose por las injusticias, pero sin embargo no muestran interés ni compasión por el dolor real de un vecino o conocido. En nuestro mundo artificial y egoísta la fantasía a menudo a cobrado más significado que la realidad”. Hermanos amados examinémonos, no seamos necios, esto ocurre en nosotros mismos, no queramos dejar esto para el vecino, para el hermano de enfrente, sino que es parte de nuestra vida, de nuestra realidad. Es la consecuencia de vivir sin la sobriedad que debe marcar al cristiano, sin oraciones en ruego y suplica al Señor, sin entender el amor de Cristo en nuestras vidas y en consecuencia sin  poder amar verdaderamente a nuestros hermanos, a esta familia que Dios nos ha dado. Si tenemos hoy algunos recursos, si podemos disfrutar de algún bien no olvidemos de donde el Señor nos recogió y no olvidemos que nada nos pertenece, no olvidemos que somos hijos de Dios adoptados de pura misericordia y todo cuanto tenemos y podemos administrar es para dar gloria a Dios al ir en ayuda y en servicio a nuestro prójimo. Recordemos también que Pedro escribe a hermanos que no estaban en condiciones ni siquiera similares a las nuestras, escribe a hombres que estaban sufriendo desnudes, hambre, persecución, soledad, angustia, sufrimiento y además que iban pronto a morir en necesidad y bajo la persecución de Roma. Dios a ellos los uso a pesar de todo esto y para darnos también ejemplos a nosotros quienes hoy tenemos por misericordia de Dios abundancia de recursos para servir a quienes son nuestros hermanos, y además con la gran posibilidad de estrechar el vínculo del amor.
  1. Conclusión y aplicación
¿Como estas esperando el fin de todas las cosas? ¿Puedes con consciencia limpia declarar que no estás emborrachado con las cosas del mundo? ¿Vives con sobriedad en tu vida, es decir, estas lucido, mirando claramente la voluntad de Dios y no tu voluntad como regla de vida? ¿Son tus oraciones una muestra de humildad ante Dios, o tus oraciones son solo parte de una especie de programa por completar diariamente, sin contenido, solo como un rito frío? ¿Estás amando a tus hermanos, es decir, estar sirviendo a tus hermanos como el Señor lo manda en su palabra? ¿Puedes mirar tu vida y decir que estás viviendo a la luz del fin de todas las cosas, perseverando de esta forma que Pedro ha descrito? 10 “Dos hombres subieron al templo a orar; uno era Fariseo y el otro recaudador de impuestos. 11 El Fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: ‘Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. 12 Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.’ 13 Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘Dios, ten piedad de mí, pecador.’ 14 Les digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido.” Lucas 18:10-14 Hermanos no seamos como este fariseo religioso, justificándose en su obrar, vacío y ritualista, más bien vengamos al Señor como este humilde publicano quien sin tener nada más que decir, ni siquiera pudiendo alzar su vista, reconocía a Dios su pecado, su deplorable corazón, su falta de piedad, la necesidad de un salvador. Necesitamos confesar nuestros pecados amados hermanos, pues solamente su misericordia y su perdón nos librara de nuestro egoísmo, nos quitara la inmundicia de nuestras mentes, nos ayudara a esperar su retorno glorioso y poderoso en paz para con Dios y nos dará aun más oportunidades para servir en amor a nuestros hermanos, a nuestro prójimo. Hermanos amados el día se acerca, la noche esta avanzada, el juicio de Dios es inminente, el infierno ya está ardiendo hoy, pero amados hermanos Cristo aun esta perdonando nuestros pecados Él está en la diestra del Padre, victorioso y glorificado, desde allí sabemos que intercede por nosotros. No nos quedemos así, no nos quedemos como el fariseo, vengamos al Señor en humillación.   10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. 11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Romanos 13 Amén.